Individualismo vs. Empatía frente a la pandemia (2020)

No tenía pensado que esta fuese la primera entrada de mi nuevo blog, pero dadas las (infortunadas) circunstancias, necesito organizar el caos de mi mente ahora mismo.

(Entrada publicada originalmente el 19 de agosto del 2020 de Wordpress; recuperada el 15 de octubre del 2024)

Advertencia: Lenguaje fuerte, probablemente mucha información personal (Too Much Information).

Era mayo del presente año (2020), y en mi país aún seguíamos en cuarentena nacional. Había salido al mercado después de permanecer mes y medio dentro de mi casa, y recordé haberme estresado rápidamente ese día al ver a varias personas andar con la mascarilla puesta incorrectamente o sin ella, de a dos o en grupo (cuando en aquel entonces solo tenía que salir una persona por familia/hogar), sin respetar el metro de distancia y comprando solapadamente bebidas alcohólicas (justamente el día antes al Día de la Madre era el pretexto para las reuniones familiares).

Por supuesto, comenzaba a inquietarme por qué algunas personas no acataban las medidas que el gobierno impuso para mitigar el nivel de contagios por Coronavirus. Ojo, no me refiero a aquellas personas que son vendedores informales (o que perdieron sus trabajos formales, y por el momento no tienen de otra para solventar económicamente a sus hogares) porque obviamente la pandemia ha golpeado económicamente a la mayoría (e incluso a nosotros) y además el bono no ha sido suficiente, sino a aquellos que salían a las calles sin ninguna razón justificada.

Intenté hablar de este tema en algunos de mis videos, principalmente en este titulado "(Im)productividad e irresponsabilidad ciudadana" (desde el minuto 07:42). Lamentablemente, en dicho video no soné tan seria como me hubiese gustado, sino con un tono pasivo-agresivo y al mismo tiempo tímido. Les voy a ser sincera: no me gustan las aglomeraciones. Siempre que vamos a Gamarra, al Centro de Lima o incluso al centro comercial, termino abrumada y aburrida. Y esta cuarentena me lo re contra confirmó.

El levantamiento de la cuarentena en julio y el relajamiento del estado de emergencia nos dio una falsa seguridad. Muchos pensaron que ya podían reencontrarse con sus amigos, familia y pareja, y hacer reuniones clandestinas (las infames "fiestas covid"): todos chéveres con sus mascarillas y tratando de mantener una distancia prudente, pero una vez dentro de las casas o locales, los protocolos sanitarios son tirados al tacho. Incluso al aire libre: en la puerta de la casa, en cada esquina, en los parques. Principalmente en los malditos parques.

Vivir frente a un parque con vista a los juegos para niños y un mini gimnasio tiene su pro y contra: es un lugar cercano para pasear a los perros y distraerme un poco, y al mismo tiempo, casi todos los días reniego en silencio (o me es inevitable lanzar indirectas en casi voz alta) al ver a personas reunirse en el mini gimnasio desde la ventana de mi nueva habitación o cuando salgo con mis mascotas. En una ocasión llamé a la policía para que intervengan a un grupo de chicos ejercitándose ahí (todavía era cuarentena, y ese tipo de reuniones no estaba permitido), y también hace unos días (otros jóvenes que se reunieron cerca del horario de toque de queda para tomarse fotos, grabar y quién sabe qué otras cosas más), pero fue en vano.

i'm watching u (error en la segunda fecha: sábado 15 de ago 2020)

Tal vez mi frustración y cólera a veces me hacen querer desear que la policía intervenga a cada persona o gente que cometa faltas contra los protocolos de salud cerca de mi área. ¿Justicia social? No lo sé. ¿Preocupación para que no haya más propagaciones? Absolutamente. Ahora hay medio millón de infectados por el Covid-19 en mi país (¿y sabías que Perú ahora es el segundo país con más muertes por dicho virus en el mundo?). A estas alturas, sigo tan jodidamente cansada con aquellas personas egoístas, ignorantes (en el mal sentido de la palabra), que les importa un carajo la gravedad del coronavirus, y prefieren ir a fiestas como si todo fuese como antes.

Tras un montón de casos de contagios y fallecimientos debido a la pandemia en el país, muchos se preguntan quiénes son los culpables por esto: algunos echan la culpa e insultan al presidente y su equipo como "ineptos" e "incompetentes", y otros creen que son ciertos ciudadanos quienes, por hacer caso omiso, seguimos en lo mismo. Yo considero que la responsabilidad está en ambos.

No voy a desacreditar lo que ha hecho el Estado hasta el momento, sin embargo, los mensajes a la Nación durante la hora del almuerzo no fueron los suficientes como para concientizar a más de 30 millones de peruanos con diferentes realidades sociales. Todas las medidas impuestas frente al Covid-19 (cuarentena, salidas en días diferenciados por géneros, toque de queda, entrega de bonos, etc.) fueron más que nada ensayos y errores, y en general, al gobierno le falta ser más enfático y apostar por una estrategia comunicacional mucho más agresiva y masiva, tal vez en conjunto con el sector privado. Volver a la inmovilización obligatoria de los domingos ("dar un paso atrás" según el presidente) es repetir el mismo error porque no resultó tan efectivo del todo cuando se aplicó antes: los sábados y lunes habrán más aglomeraciones en los mercados, e igual seguirán habiendo reuniones sociales o familiares todos los días, no solo los fines de semana.

Pienso que, por psicología inversa (y por favor, estás en todo el derecho de corregirme si estoy usando mal este término), "prohibir" las reuniones sociales y familiares con multas de hasta cuatrocientos soles no surtirá tanto efecto porque aún así la gente seguirá haciendo lo mismo. Más bien, prohibir podrá sonar tan autoritario, pero hasta el momento no hay una campaña comunicacional educativa que realmente haga ver las consecuencias de reunirte con tus patas o tu familia innecesariamente en plena pandemia (alerta de spoiler: desde contagiar a los demás, hasta perder la vida en el peor de los casos 🙂 ).

Luego estamos nosotros, los ciudadanos y pobladores. I mean, ¿cómo rayos hacer entender a una sociedad peruana informal y donde prima la cultura del más vivo, del "no me va a pasar nada"? Cada uno es responsable de sus acciones, y cada acción trae sus consecuencias que tarde o temprano va a asumirlas. Más que echar la culpa a otros, es importante reconocer que lo que hiciste, estás haciendo o harás pronto no está bien, y ver cómo ser más precavido o precavida a partir de este momento. Y no puedes comprometerte a cambiar si es que no hay alguien que te lo haya hecho saber antes (en este caso, el Estado, o yo, una simple ciudadana consciente).

Las fiestas pueden esperar, las visitas familiares también, para eso están WhatsApp, Zoom, Google Hangouts o cualquier otra plataforma de mensajería instantánea y videollamadas. No sabes cuántas ganas tengo de reencontrarme con mis amigas y organizar una especie de picnic, sin embargo, por ahora no será posible, sino para cuando sea seguro salir.

No podemos pretender que ya estamos regresando a la normalidad de antes, ya nunca más todo volverá a ser lo mismo. Si no has aprendido algo o reflexionado durante esta cuarentena, realmente siento que has perdido tu tiempo.

Sobre las parejas, también me parece imprudente de tu parte reencontrarte con tu novio o novia después de tiempo (creo que estos meses de confinamiento sirvieron como prueba para muchos). En estos momentos, no es para nada romántico. ¿Qué pasa si, no te das cuenta pero terminas infectando a tu pareja del Covid ya sea con el contacto físico o sexual (ETS, qué es eso)? Creo que esto ha sido mi principal prejuicio luego de comenzar a salir con alguien, vaya paranoia (así es, tuve un "enamorado de cuarentena" por corto tiempo... ¿no ves que ya estoy comenzando a soltar info personal? Ja, espérate para lo siguiente).

marafaka ya lo venía diciendo desde antes, lol

Tú, que estás leyendo esto, que te crees invencible solo porque eres joven (o adulto con aún mentalidad de adolescente), lo que menos deseo es que termines en el hospital, esperando por una cama u oxígeno gracias a una pichanguita entre amigos, o una reunión familiar. No quiero que te pase algo como nos pasó recientemente:

Esta imagen que vi en un estado de WhatsApp me pareció súper fuerte, pero más o menos se asemeja a mi caso. Prácticamente, nos descuidamos dos días antes de Fiestas Patrias al hacer una reunión familiar, y producto de esto (más otros factores), mi padre estuvo luchando en estas dos semanas de agosto a base de oxígeno y medicamentos, hasta finalmente ser internado en el hospital de emergencia, y a las pocas horas rendirse. Falleció por Covid-19.

Perdón si esto ya es un dato demasiado personal, pero necesito desahogar mi frustración, la inevitable pérdida de un ser querido. Hasta que no te suceda a ti o a un familiar tuyo, seguirás haciendo lo que se te venga la regalada gana. Por favor, no les des más trabajo a los médicos, enfermeras, policías, FF.AA. y bomberos gracias a tu poca empatía, a tu imprudencia, a tu "no nos va a pasar nada porque estamos con mascarillas".

No quiero seguir jugando a la fisgona pesada en el parque, no aporta nada bueno a mi salud mental. Voy a tratar que esta sea la última vez que me dirija y hable explícitamente de este tema. Mira, faltan cuatro meses para terminar el año, obviamente Navidad y Año Nuevo tampoco se celebrarán de la misma forma de antes. ¿Puedes hacer un esfuerzo para que podamos salir de esta juntos?

El Coronavirus sigue presente entre nosotros (entiéndelo, mierda).

No bajes la guardia, no te confíes.

Mantén la distancia con las personas.

Sigue desinfectándote y lavándote las manos con agua y jabón.

Sobre todo, actúa como un verdadero ciudadano empático y evita salir innecesariamente de tu casa. Tus familiares y amigos te quieren aún con vida. Aunque quizás no te conozca, yo te quiero todavía con vida.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Sigo viva, sigo escribiendo, sigo creando

Las canciones más populares del 2012 (en el Perú)

2•0•1•6 (playlist de fin de año)